Encuentro Internacional de Cultura Japonesa:

"Para que la literatura japonesa sea más que un boom debe haber una comunidad que la respalde"

Encuentro Internacional de Cultura Japonesa

Las Jornadas de Literatura y Representaciones Culturales del Japón se han convertido en un espacio que ha convocado y generado vínculos más allá de las fronteras de la Universidad de Chile. Su tercera versión se realizará el miércoles 9 de diciembre de 2020, vía Facebook Live. Un apronte a esta sesión será la participación de la delegación chilena en el Encuentro Internacional de Cultura Japonesa que se desarrolla durante noviembre organizado por la Asociación Cultural Satori de Perú.

El Primer Encuentro Internacional de Cultura Japonesa tiene como objetivo ser el evento gratuito más grande en la región, con temáticas que van desde lo tradicional hasta lo más contemporáneo, mesas de historia, arte, literatura, artes plásticas, cine, anime, manga, cultura e idioma, participantes internacionales de Perú, Chile, Argentina, Venezuela, España, Colombia y México y con un cierre de lujo a cargo de Carlos Rubio López de la Llave, investigador español sobre la literatura japonesa.

El encuentro, explica su organizador, Óscar Rondán, docente e investigador de la Asociación Cultural Satori, toma fuerza a nivel internacional en el contexto de la pandemia, marco en el cual logran vincularse con instituciones de Argentina, Chile, México, Colombia y concretar la idea de un colectivo internacional.

Fue una de las estudiantes de Óscar Rondán, que asistió a las Jornadas en la Universidad de Chile, quien hizo el vínculo y permitió que el equipo organizador chileno pudiera sumarse a esta importante iniciativa internacional, la que cuenta, entre otros, con el apoyo de la Biblioteca Nacional de Argentina y Satori Ediciones de España.

Óscar Rondán señala que este intercambio surge de la necesidad de sumar nuevos espacios para los estudios japoneses en América Latina. El masivo interés por estos temas, destaca, queda manifiesto en los 23 días y 55 actividades que componen el mes de encuentro en torno a Japón.

Es el contexto de pandemia, explica, el que ha brindado la oportunidad de organizar un evento de esta magnitud, el cual hubiese sido imposible de modo presencial sin un presupuesto exuberante. “Es una forma en que investigadores de Iberoamérica, en general, puedan conectarse, conocerse y compartir su conocimiento”.

Franco Casoni, estudiante de Literatura y organizador de las jornadas de la U. de Chile, explica que Chile aún está en un estado primario sobre temas del Japón, más aún comparándolo con las actividades que se organizan en Perú. “Hay mucho interés, pero aún no existe el espacio formal y sólido que acoja estas necesidades”. Aún cuando, señala, existen iniciativas interesantes como Omae, espacio creado en el Campus JGM de la U. de Chile, y Japonistas Chile, de difusión cultural y académica.

Para Óscar Rondán, uno de los aspectos que sirven para entender el fenómeno de la cultura japonesa en América Latina tiene que ver con la cantidad de jóvenes que en los años noventa se sintieron identificados con estas producciones culturales y que luego, ya en su adultez, en sus carreras universitarias, potenciaron este vínculo con sus especialidades en arte, literatura, filosofía, comunicaciones. Esta nueva generación, interesada en los estudios japoneses, surgida, en principio, por una afinidad con los mass media, es la que se especializó y la que abrió la puerta al estudio de la historia, la lingüística, la literatura y los estudios clásicos. “Hoy, cuando vas a una clase sobre Japón ya no vas a conocer algo ajeno, sino que vas para conocer un poco más a ti mismo”.

La literatura japonesa y sus traducciones 

En Chile hay una especie de boom con la literatura japonesa, explica Franco Casoni. Cada vez hay más librerías con estantes dedicados a este tema, en las que se pueden encontrar novelas, pero aún faltan textos especializados. Una iniciativa que Franco Casoni destaca es la edición publicada por Noctámbula de De lo escrito en mi abanico, los haikus de Senda de Oku de Matsuo Bashō traducida del japonés por la destacada académica Marcela Chandía.

Por su parte Óscar Rondán apunta a Haruki Murakami como el punto de apertura de la literatura japonesa en América Latina y, especialmente, en Perú. De allí se ha diversificado a temas como el budismo zen, que ha distribuido la editorial Kairós, hasta experiencias editoariales como También el caracol en Argentina, Tanuki en Colombia, la Asociación Peruano Japonesa, el Fondo de Cultura en México, la propia Noctámbula y Ediciones Zero, dedicada al animé, el manga y la cultura japonesa Chile. Otras editoriales no especializadas como Adriana Hidalgo y Eterna Cadencia en Argentina cada vez suman más títulos de literatura contemporánea japonesa.

Aún así es cierto, señala, que más de la mitad de lo que se encuentra en las librerías son de grandes editoriales españolas como Quaterni, Satori, Impedimenta, Siruela o Atalanta. “En España el consumo cultural del Japón es tan fuerte que en Barcelona se encuentra la librería Haiku que se dedica exclusivamente a este tema”. En este escenario, Óscar apunta a que esto es en lo que debe pensar América Latina: “crear editoriales que puedan permitir un consumo local de estos productos, como ya lo están haciendo, en conjunto, Noctámbula y El caracol para Chile y Argentina”.

“Para que la literatura japonesa sea más que un boom, para que la gente llegue a conocerla, debe haber una comunidad que la respalde”, enfatiza.

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