Proyecto estudiantil-comunitario da sus primeros pasos

Agrupación de artesanos 'Bosque Nativo' en la comuna de Hualaihué

Agrupación de artesanos 'Bosque Nativo' en la comuna de Hualaihué

En el primer trayecto de la carretera austral, y a más de 109 kilómetros de Puerto Montt, se emplaza la mencionada localidad de Hornopirén, antes conocida como Rio Negro, en medio de una zona geográfica poco incorporada al territorio del Estado de Chile. Sus primeros pobladores fueron el fruto de migraciones espontaneas devenidas principalmente de las islas que componen el archipiélago de Chiloé. Desde inicios del siglo XX, unas pocas familias humildes, de diverso origen étnico, dieron inicio a pequeños esfuerzos extractivos y productivos entorno a la tala de bosque nativo, enfocado principalmente la especie forestal Alerce, siendo éste la base de su desarrollo económico y social, generando una cultura de vida entorno a él, al ser el elemento principal de construcción de sus hogares, herramientas, utensilios, etc.

Los bosques, que en su seno contienen una de las maderas más eficaces para contrarrestar el duro clima de la Patagonia, por su firmeza, su resistencia al agua, su ductilidad en la construcción de diversas faenas y su singular tamaño, que permitía una gran cantidad de leña cortada por árbol, fueron durante décadas utilizados industrialmente por empresas extranjeras, que llevaron la explotación hasta la casi extinción de este espécimen milenario en toda la zona conocida como Chiloé Continental.

Décadas de explotación industrial y trasnacional, que tanta riqueza produjeron para sus precursores, en nada aportaron al desarrollo social de las comunidades de este territorio, sumiéndolos por el contrario, en una enorme fragilidad ambiental al transformar profundamente las condiciones ecológicas de aquellos bosques milenarios. Fragilidad ambiental, que hoy parece profundizarse frente a los proyecto de las grandes empresas salmoneras (también extranjeras) que amenazan a las comunidades con aquel mismo destino de una prosperidad de pobreza y dependencia.

Estos procesos de conflictos y resistencias locales, llamaron la atención de estudiantes de Licenciatura en Historia que se acercaron a las diversas problemáticas sociales y ambientales que hoy enfrentan aquellas comunidades patagónicas, que han basado su principal actividad económica en la tala y venta de bosque nativo con fines energéticos (calefacción y cocina).

Urgidos por la necesidad de la recuperación y fortalecimiento de esa cultura ancestral, y con vistas a generar redes de autoproducción local independientes de las trasnacionales extranjeras, es que nace la idea de colaborar en la instalación de un Taller de Mueblería y Artesanía para el trabajo comunitario y sustentable de los recursos forestales de estos territorios. Para ello, desde Santiago se gestionó un proyecto que resultó ganador del XV Premio Azul a la creatividad estudiantil (de la Dirección de Bienestar Estudiantil) y que permitió conseguir el financiamiento necesario para la implementación de un taller, el desarrollo de un programa de capacitación, y la compra de insumos, herramientas y materiales para el trabajo artesanal de maderas de alerce, luma, coihue, canelo, tepa, ulmo, notro, ciprés, mañio y lenga, todas ellas extraídas del monte previa selección de ejemplares adultos o ya muertos. Pero especial mención recibe dentro de este proyecto, el trabajo de re-utilización que se está haciendo por parte de la comunidad, al revalorizar parte fundamental de los desperdicios dejados por las antiguas empresas alerceras, quienes menospreciaban el trabajo con las raíces de alerce por su forma y poca opción de comercialización, dándoles esta vez una gran proyección en el desarrollo de artesanías y muebles de autoconsumo o posible comercialización.

Luego del trabajo conjunto en el levantamiento y adaptación del taller, como en el traslado e implementación de las herramientas, hoy el taller se encuentra en marcha. Su trabajo, centrado principalmente en maderas obtenidas como “desecho” de la actividad extractiva tradicional, se caracteriza por llevar a cabo el proceso completo de producción: obtención del árbol necesario (o de la raíz ya tumbada), dimensión o aserrado de la misma según la necesidad (en el aserradero o con motosierra), secado, y finalmente producción de la artesanía o mueble dimensionando, lijando, puliendo y modelando la madera.

Ya ubicados en pleno proceso capacitación, hoy comienzan a visualizarse los primeros proyectos autónomos por parte de la comunidad. Estas capacitaciones, están a cargo del artesano local, don Jorge Escobar, reconocido como “patrimonio humano” en el contexto del bicentenario por su profundo conocimiento de las maderas locales y las técnicas ancestrales de trabajo en ellas, las que progresivamente se han ido perdiendo. Hoy, enseña las bases de su oficio a los integrantes de esta comunidad, en una forma integra y cercana, incorporando a todos los miembros de la misma en sus clases.

Esta idea, que surgió como una iniciativa estudiantil, hoy se ha transformado en un proyecto concreto que busca facilitar la permanencia de las culturas comunitarias de la Patagonia y evitar en cierta medida que el espiral de las industrias extranjeras los despoje de sus territorios y, en última instancia, de proyectar su existencia como trabajadores autónomos, proponiendo a todo el mundo universitario formas de trabajo permanente con las comunidades, que superen las limitantes del asistencialismo, que muchas veces terminan por profundizar las lógicas de dependencia, para plantear un trabajo conjunto con las comunidades locales y las organizaciones estudiantiles como parte fundamental de una formación integra, en el trabajo y crecimiento mutuo.

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