Esta iniciativa, que comenzó en 2018 impulsada por profesoras del Liceo Manuel de Salas de la Universidad de Chile, y que contó con el apoyo de la Universidad de Chile por medio del Departamento de Estudios Pedagógicos, el Centro Saberes Docentes y el Programa Transversal de Educación, así como del Fondo Valentín Letelier de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la casa de estudios, busca cambiar el paradigma de la evaluación en el sistema escolar, pasando de un modelo enfocado en la calificación a uno centrado en el aprendizaje profundo y el bienestar de los estudiantes.
"La iniciativa, surgida desde las propias comunidades educativas, desafía el modelo tradicional que prioriza las notas, la competencia y un enfoque punitivo. El trabajo de la Red, en coherencia con la investigación internacional, parte del reconocimiento que esta cultura evaluativa genera efectos negativos en los estudiantes, como una aproximación superficial al aprendizaje, un impacto perjudicial en la motivación y la autoestima, y un enfoque excesivo en el valor de cambio (“¿esto es con nota?”) en lugar de en el verdadero sentido del aprendizaje", explica Teresa Flórez Petour, académica del Departamento de Estudios Pedagógicos de la Universidad de Chile y coordinadora académica Red de Establecimientos para la Innovación en Evaluación (Red sin Notas).
Una comunidad en crecimiento y con un claro objetivo
La Red sin Notas se ha consolidado como una gran comunidad de aprendizaje profesional que, a través de encuentros periódicos, tutorías y espacios de intercambio, comparte experiencias y estrategias para transformar la evaluación. Desde su inicio, con un pequeño grupo, la red ha crecido significativamente, atrayendo a escuelas de diversas regiones, tamaños y dependencias que comparten el mismo diagnóstico crítico y una motivación hacia la transformación de sus formas de evaluar.
“Nos sentimos menos solos”, señalan los miembros de la Red, que ha emergido como un espacio de apoyo mutuo para afrontar los miedos y desafíos inherentes a este cambio, a través del aprendizaje profesional entre pares y con apoyo de académicos/as del equipo de la Universidad. Los establecimientos que forman parte de esta instancia han reportado efectos positivos en la relación de los niños, niñas y adolescentes con el aprendizaje y una revalorización del rol docente, que recupera su sentido y la reflexión profesional en comunidad.
Esta audaz propuesta, que va a contracorriente de la cultura escolar dominante, demuestra un profundo compromiso con una visión de la educación que promueve el desarrollo de trayectorias de vida justas y proyectos diversos para las y los estudiantes, así como una educación orientada al bienestar, y al aprendizaje profundo y genuinamente motivado.