Durante semanas de clasificatorias, semifinales y ronda final, las y los estudiantes debatieron sobre dilemas éticos vinculados a tecnologías emergentes, elaborando argumentos, formulando preguntas a sistemas de IA y construyendo pensamiento en común. El torneo, inédito en su enfoque, buscó abrir un espacio para que jóvenes de distintos territorios ejercieran el diálogo filosófico más allá de la sala de clases.
La filosofía no es memorizar autores: es aprender a pensar
En la ceremonia de clausura, la directora del Centro de Estudios de Ética Aplicada, Diana Aurenque Stephan, destacó el sentido formativo del torneo y el rol que las humanidades deben cumplir en un contexto marcado por tecnologías capaces de producir textos y discursos automatizados.

“Lo útil y lo valioso hoy pareciera reducirse a lo que tiene un precio. Pero pensar tiene otro tipo de valor. Este torneo mostró que la filosofía no es repetir contenidos ni conocer autores famosos, sino ser capaces de cuestionar, escuchar y poner a prueba nuestras herramientas de pensamiento frente a la inteligencia artificial”, destacó
La académica también subrayó el carácter comunitario del proyecto. “La actitud filosófica exige lentitud, escucha y respeto. Eso es difícil incluso para nosotras y nosotros como profesores. Ver debates tan bellos y comprometidos me emocionó; es la primera vez en once años que un debate me conmueve así”.
.jpeg)
El profesor Manuel Rodríguez Tudor, académico del Departamento de Filosofía y del Centro de Estudios Cognitivos, subrayó la importancia de este debate hoy en día “con el impacto que han tenido las inteligencias artificiales que son capaces de producir textos que parecen escritos por humanos, la filosofía y las humanidades, en particular, se sienten un poco bajo presión, porque es posible producir un textos que parecen ser filosóficos sin que haya un humano detrás de ello, entonces, me parece muy relevante discutir, criticar, pensar sobre esto. Incluso en el caso de que pudiéramos obtener buenas notas en el ramo de filosofía ocupando inteligencia artificial y podría parecer innecesario el pensamiento crítico, tal como dijo Aristóteles, incluso para dejar de hacer filosofía, hay que hacer filosofía. Por lo tanto, el pensamiento crítico y la reflexión nunca van a estar de más”.
Hay que sacar la filosofía a la calle
En las palabras de cierre, Cristián Candia, jurado e integrante del Centro de Estudios de Ética Aplicada, quien lideró la coordinación pedagógica del torneo, vinculó la experiencia con la tradición filosófica y la necesidad de democratizar el pensamiento crítico. “Pitágoras decía que el filósofo no busca fama ni lucro, sino un amor al saber. Eso debemos llevarnos hoy. No solo ganó un liceo o un equipo: ganó la filosofía”, afirmó.
.jpeg)
Cristián Candia, además, enfatizó en la importancia de llevar las humanidades más allá de los espacios académicos. “Así como se ha dicho que los museos deben salir a la calle, la filosofía también debe hacerlo: llegar a colegios, a plazas, a regiones. Crear resistencia frente al no pensar y frente a un mundo que busca arrinconarnos en la inercia. Este torneo es parte de esa tarea.”, subrayó
Energía estudiantil en un entorno universitario
Con el énfasis del torneo puesto en el pensar en común y crear un espacio donde prime la palabra y no la competencia, el jurado distinguió distintos aspectos del pensar en común que planteó esta iniciativa.
Las distinciones entregadas fueron el Premio Sócrates Digital, a quienes realizaron las mejores preguntas, Talento Filosófico, a quienes destacaron en el uso de la palabra crítica y filosófica, menciones honrosas y un especial a la Mejor Docencia, dedicado a las y los profesores que acompañaron a los equipos durante las jornadas de debate.
.jpeg)
El torneo culminó con el anuncio del Liceo José Victorino Lastarria como ganador de la primera versión del Desafío Filosof-IA.
Los integrantes del equipo plasmaron el sentido de instalar a la filosofía y conectarla con los debates y desafíos actuales. El estudiante Gabriel González destacó que “más que competir, lo importante fue construir ideas, dialogar y mirar al otro a la cara. Usar herramientas como la inteligencia artificial nos permitió pensar mejor y compartir conocimiento de una forma distinta”.

Su compañero, Franco Bruna, agregó a esa idea que “los valores que se discutieron en el torneo fueron fundamentales. Cada equipo construyó argumentos sólidos y demostró un gran talento. En mi caso, trabajar con Foucault fue clave para pensar el vínculo entre filosofía y política”. Por su parte, Bastián Lucero señaló que “me gustó que el torneo diera otra mirada al debate: no se trató solo de competir, sino de profundizar, llegar a consensos y abordar temas que son desafíos reales para el país. Marx fue clave para comprender la última tesis que analizamos”. Más allá de los nervios propios de un escenario como este, Eliú Sepúlveda destacó que “la filosofía me fascina y me encanta este espacio donde todas y todos comparten esa curiosidad. Conocí mejor a Foucault y sus ideas me ayudaron mucho a pensar el vínculo entre filosofía e inteligencia artificial”.

Por último, Luisa Guajardo, coordinadora del Departamento de Filosofía del Liceo Lastarria, subrayó que “siempre es necesario abrir espacios de diálogo filosófico. Muchas veces se piensa que el debate es solo competencia, pero aquí se mostró su profundidad y cómo temas contingentes como la IA atraviesan nuestras aulas. Es fundamental fortalecer el vínculo entre la Universidad y los liceos; que estos espacios dejen de ser inaccesibles para los escolares. Estoy muy orgullosa del trabajo de mis estudiantes y de que existan instancias que valoren la filosofía como práctica viva”.
.jpeg)
