Humberto Giannini Íñiguez
Hijo de Osvaldo Giannini Piga y Olga Íñiguez Maturana, nació en San Bernardo el 25 de febrero de 1927, aunque durante gran parte de su niñez y adolescencia vivió en la ciudad de Valparaíso. A los 16 años, dejó los estudios escolares e ingresó a la marina mercante. Siempre atribuyó a esta época de su vida, a sus viajes y a sus largas horas de contemplación del cielo nocturno iluminado, el nacimiento de su amor por la filosofía, a lo cual se suma el estímulo de un taller de verano que cursó al volver de sus viajes con el poeta Gonzalo Rojas.
Luego de haber desempeñado distintos oficios –tales como bombero y empleado de aduanas, entre otros-, entró a estudiar Pedagogía en Filosofía en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, en el año 1953, a la edad de 26 años. En 1959, obtuvo una beca del gobierno de Italia para cursar estudios en la Universidad de la Sapienzia, Roma, donde se hizo discípulo de Enrico Castelli, filósofo italiano, quien inspiró profundamente su pensamiento. Antes de su partida, contrajo matrimonio con la escritora Luisa Eguiluz Baeza, con quien compartió 56 años de vida. Fueron padres de un hijo y tres hijas.
Su labor docente en la Universidad de Chile
En 1960, obtuvo el título de Profesor de Estado en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad de Chile, con su tesis de grado "La metafísica del lenguaje", la que fue aprobada con distinción unánime y después convertida en célebre obra.
Si bien su carrera docente en la Universidad de Chile comenzó el año 1958, ocupando el cargo de ayudante en el curso de Introducción a la Filosofía del Profesor Eugenio González, fue a fines de la década de 1960 cuando obtuvo su primera Cátedra en la Universidad de Chile: Filosofía Medieval.
En 1972 participó en la fundación del Departamento de Filosofía de la Sede Norte de la Universidad de Chile, con el objetivo de crear un espacio de trabajo filosófico libre de las intervenciones políticas de la época. Humberto Giannini fue su director desde sus inicios hasta su disolución a mediados de la década de 1970. Desde este cargo apoyó a sus colegas perseguidos y exiliados políticos. El fin de la Sede Norte fue decisión del Coronel de la FACH, Julio Tapia Falk, a quien la dictadura militar había designado como Rector de la Universidad durante esos años. En ese momento, la mayoría de los profesores fueron exonerados.
Humberto Giannini permaneció ejerciendo la docencia en la Universidad de Chile. En el intertanto, dos de sus grandes obras fueron publicadas: "Reflexiones acerca de la convivencia humana" (1965) y "El mito de la autenticidad" (1968).
Los primeros reconocimientos
En 1978 integró la Comisión Chilena de Derechos Humanos, organismo no gubernamental que promovió la defensa de los Derechos Humanos y documentó las violaciones a los derechos fundamentales cometidas durante la dictadura cívico-militar en Chile. Según sus palabras, este momento de quiebre de la vida en la sociedad chilena fue fundamental para el decurso que tomó su trabajo filosófico: "la experiencia del quiebre no sólo institucional de la sociedad en que vivía sino de las formas más elementales de la existencia en común, de las relaciones públicas y privadas, y con ello, la distorsión hasta lo irreconocible de los hábitos cotidianos de convivencia. Me refiero al año 1973. (…) El quiebre de la comunidad real en lo práctico, y la búsqueda exacerbada de la diferencia y de lo diferenciado, en lo teórico, fueron los aspectos que me inclinaron, intelectual y emocionalmente, hacia una reflexión ética que, desde entonces, me parece ligada a la búsqueda de lo común" (Giannini, 2007, La metafísica eres tú).
En 1981 se editó su obra "Desde las palabras", por la cual obtuvo el Premio Municipal de Santiago en el año 1984. En 1985 se publicó la primera de 24 ediciones hasta la fecha, de su "Breve Historia de la Filosofía", libro que ha servido como material didáctico fundamental para la enseñanza de la filosofía en la educación secundaria chilena. Un par de años más tarde, en 1987, salió a la luz una de sus obras más célebres, "La reflexión cotidiana: hacia una arqueología de la experiencia", cuyo prólogo escribe el filósofo francés Paul Ricoeur, y que posteriormente fue traducida al francés y publicada en Francia bajo el título de "La réflexion quotidienne : Vers une archéologie de l'expérience", en 1992. Ese mismo año, recibió el Premio Jorge Millas, otorgado por la Universidad Austral, y se publicó “La experiencia moral".
Poco antes, a fines de la década de 1980, cerca del fin de la dictadura en Chile, integró el comité académico de la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, dirigida por el filósofo español Manuel Reyes Mate y en 1988, fue nombrado miembro fundador del Comité de Honor del Collège International de Philosophie con sede en París.
En 1993 Humberto Giannini recibió el Premio Manuel Montt y en mayo de 1995, organizó junto a otros filósofos nacionales y extranjeros el Coloquio Internacional "Spinoza: teología, ética y política". El encuentro fue un esfuerzo por pensar la actualidad de la obra de Spinoza, en tanto pensamiento de la potencia y de la liberación, en el contexto de la transición a la democracia. Durante ese mismo año, participó en la fundación de la Cátedra Unesco de Filosofía, primera cátedra de filosofía en el mundo, con sede en Santiago de Chile. Fue Presidente desde su fundación hasta el fin de su vida en el año 2014.
Doctor Honoris Causa de la U. de Paris VIII y Premio Nacional
En el año 1997 se publicó la obra "Del bien que se espera y del bien que se debe", y el año siguiente, en 1998, fue nombrado miembro de número en la Academia Chilena de la Lengua y recibió el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Paris VIII en Francia. En 1999 se publicó su tesis "La metafísica del lenguaje", con la que obtuvo el título de profesor de Estado en Filosofía casi cuatro décadas antes. Ese mismo año fue galardonado con el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, cuya asignación fue apoyada por el destacado filósofo italiano Gianni Vattimo, entre otros.
Durante el gobierno de Ricardo Lagos, en 2001, se le otorgó el cargo de Agregado Científico y Tecnológico del Ministerio de Relaciones Exteriores en Italia, al que renunció para retomar la vida académica y dedicarse exclusivamente a la filosofía y a la enseñanza de la misma hasta sus últimos días. Durante ese año se publica "El pasar del tiempo y su medida (la temporalidad en Aristóteles, con comentario de Santo Tomás de Aquino y otras anotaciones)".
Algunos años más tarde, publicó "La razón heroica (Sócrates y el Oráculo de Delfos)", obra en que expone los últimos días de la vida de Sócrates a modo de una obra de teatro. En 2007 se lanzó la primera edición de “La metafísica eres tú”, obra por la cual recibió el Premio Altazor de ensayo en 2009. También recibió, el año 2008, el Premio Consejo Nacional del libro y la Lectura.
Últimos años
Fueron varias las distinciones que Humberto Giannini recibió en sus últimos años de vida. Entre ésta la condecoración Cavaliere Ordine Della Stella Della Solidarietá Italiana en 2009 y, dos años más tarde, la Distinción Ilustre Municipalidad de Ñuñoa, comuna en la que residió gran parte de su vida.
La Universidad de Chile, institución en la que estudió y enseñó durante toda su vida académica, lo nombró en 2012 Profesor Emérito. En 2013 fue elegido para recibir la Medalla Juvenal Hernández Jaque, en esta misma Casa de Estudios y la Universidad Arcis le otorgó el título de Doctor Honoris Causa.
En esta época realizó además proyectos de investigación en filosofía y escribió la última parte de su obra, dictando conferencias y realizando clases en varias universidades, incluida la Universidad de Chile, donde dictó la clase inaugural de Introducción a la Filosofía en 2014.
El 24 de noviembre del año 2014, en su casa, en la comuna de Ñuñoa, respondió a una entrevista del periódico chileno The Clinic, que cerró con las siguientes palabras: "Y si se puede tener filosofía, mi filosofía de centro es el sentido común. No abandonar nunca el sentido común, la filosofía no podría abandonarlo. Ya que no tenemos universo, porque se fue muy lejos, tenemos mundo, el mundo de nosotros. Eso para mí es muy importante", tras lo cual sufrió un desmayo del que nunca despertó. La tarde del 25 de noviembre, el filósofo Humberto Giannini Íñiguez falleció, a los 87 años de edad.