Las ventanas de la Biblioteca Redonda están pensadas tanto en su tamaño como ubicación para que la luz y la temperatura de los cambios de estación beneficien el espacio. También el grosor y la composición del adobe están orientados a lidiar con las temperaturas del sur y el norte de la circunferencia. El techo ventilado, explica el arquitecto Jorge Broughton Wainer, permite que la biblioteca se mantenga fresca en los meses de verano. Un espacio creado con la técnica del adobillo que albergará libros y lecturas para las comunidades de La Victoria.
El pasado miércoles 22 de enero se realizó la donación de los libros recolectados en la Facultad de Filosofía y Humanidades para este proyecto comunitario y popular. El encuentro, al que asistió la profesora Daniela Picón Bruno, directora de Extensión, Comunicaciones y Vinculación con el Medio, tuvo entre sus propósitos darle inicio a la proyección de una colaboración desde la Facultad de Filosofía y Humanidades y de la Universidad de Chile que se sostenga en el tiempo. “Queremos agradecer a Tamara y a Jorge que nos hayan presentado este proyecto, así como también a las autoridades de La Escuela, de la Municipalidad y a la comunidad, como tal, que nos hayan abierto la puerta de esta Biblioteca para involucrarnos y contribuir no solo trayendo libros a sus anaqueles, sino que también proyectando nuestra vinculación desde las Humanidades y la Educación durante el 2025”.
Tamara Contreras Landeros explica que pensó este proyecto “como una reinterpretación, como una sinécdoque, de la de la escuela original que hubo acá e imaginando cómo se podía reinterpretar en la actualidad el colegio original de La Victoria”. Es por eso, señala, que junto con instalar un espacio abierto de lectura y creatividad, “se pensó como un trabajo colaborativo con la población, con eco-constructores, y en el que también participaron niñas y niños del colegio”.
Cristóbal Cabrera, director de la Escuela La Victoria, señala que la Biblioteca Redonda es un espacio de conexión, como eje articulador que posibilita poner en contacto a la comunidad escolar con las vecinas y vecinos de La Victoria la biblioteca . “Nuestro objetivo es ocupar este espacio, validarlo, generar talleres y actividades para que sea un espacio de encuentro. Sé que hay organizaciones a las que les gustaría utilizarlo y nosotros como escuela queremos mostrarles que se pueden realizar esas actividades culturales acá, ya que es una de las características históricas de La Victoria”.
“Estamos muy contentos con la participación y el vínculo con la Universidad de Chile y en marzo esperamos comenzar a funcionar en contacto con el Servicio Local de Educación Pública, SLEP, Santa Rosa quienes creo que estarán muy de acuerdo con el uso de este espacio para la comunidad de La Victoria. Estamos organizando para que comience a funcionar lo antes posible”.
A la reunión también asistió la Concejal Gloria Rodríguez Calderón, dirigente social histórica, quien destacó que la Biblioteca Redonda es un espacio que le muestra a las niñas y niños el modo y objetivos de las construcciones de los primeros pobladores de La Victoria. “No solo es una escuela, sino un lugar cívico de reunión. Esta población se ha caracterizado por su preocupación por la educación y la cultura, y es ahí donde esta biblioteca cumple un tremendo rol”.
El origen de la Biblioteca Redonda
El proyecto Biblioteca Redonda es financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes (FONDART), convocatoria 2024, y la Ilustre Municipalidad de Pedro Aguirre Cerda. Cuenta con el apoyo del consejo escolar de la Escuela La Victoria (Red Pública de Establecimientos de Educación) y la Junta de Vecinos de la Población de la Victoria.
El propósito de la iniciativa, señalan Tamara Contreras y Jorge Broughton, es “recordar la huella de la experiencia social que permitió la construcción y uso de la escuela redonda que, a través de los relatos emerge en una nueva interpretación. Esta reinterpretación representa metafóricamente el nudo social de trabajo colaborativo de esta población”. En este marco es necesario remontarse a la toma de terreno de la Población La Victoria a fines de 1957, cuando 1.200 familias provenientes del Zanjón de la Aguada se establecieron en los terrenos de la chacra La Feria y Lo Valledor, previamente adquiridas por la CORVI.
En este sentido, el proyecto se enmarca en el rescate y reinterpretación de la Escuela Redonda que construyeron de manera comunitaria los primeros pobladores de La Victoria en 1958. “Uno de los acontecimientos más importantes que realizaron los pobladores, como trabajo comunitario, fue que cada vecino aportó con alrededor de 12 adobes, para la construcción de la Escuela Redonda. Con ello respondieron a la necesidad de dar cuidado y educación popular a los niños en forma inmediata”, explican.
Como rescate de la memoria y la materialidad del espacio, la Biblioteca Redonda se construyó con adobe, de manera circular y gracias al trabajo comunitario. “La base constructiva con adobillos es material 100% reciclable, no contaminante y no genera impacto ambiental. Además la inercia de la tierra, al ser masa y resistencia térmica, combinada con paja, facilita la calefacción pasiva a través del calor del sol. De manera similar, el techo compuesto de madera y un aislante a base de paja embarrada, retiene el calor y evita el sobrecalentamiento durante en verano, gracias a su ventilación natural”.
La proyección de un programa conjunto
En el mes de marzo, la Dirección de Extensión, Comunicaciones y Vinculación con el Medio retomará el trabajo con las y los autoridades y representantes de la Biblioteca Redonda de la Escuela de La Victoria para elaborar conjuntamente un programa de trabajo, en el que preliminarmente se proyectan ciclos de charlas, talleres y otras actividades. En el marco de esta importante iniciativa, convocaremos a participar a toda la comunidad de la Facultad de Filosofía y Humanidades, así como también de otras Facultades de la universidad que han manifestado su interés en colaborar.