Coloquio Anual Interdisciplinario aborda la obra de Karl Marx

Coloquio sobre la obra de Karl Marx convoca a ponencistas

1867 representa, en la producción teórica de Karl Marx,  la culminación de dos décadas de investigación, cuya originaria orientación se remonta a 1844 y que se expresa en sus definiciones fundamentales en los Grundisse y en la Contribución a la Crítica de la Economía Política de 1859 sus expresiones.

Los materiales preparatorios, sólo publicados muchas décadas después de la muerte de su autor, contienen la labor de Karl Marx en los más diversos ámbitos de la teoría social: de la crítica al naciente positivismo de Comte al estudio de la economía política inglesa; de la lectura de filosofía griega a la historia del maquinismo; del problema metodológico que heredó de la dialéctica hegeliana a la misma noción de saber.

Sin embargo, también preceden a El Capital dos décadas de análisis de la contingencia de la sociedad europea. La minuciosa y aguda observación  del acontecer de su época, particularmente desde su arribo a Londres en 1849, ciudad en la que permanecerá hasta su muerte, Karl Marx mantuvo una inagotable atención a los hechos y sus causas, colaborando en periódicos europeos y norteamericanos. Dicha labor significará centenares de artículos que abordan la expansión del capitalismo inglés, la colonización de Asia y África, las revoluciones sociales de Francia, Polonia, Irlanda, España, los avances tecnológicos, la administración de las industrias, las oscilaciones del comercio mundial, de la banca, de la agricultura, entre una diversidad de materias ante las cuales se conjugaba el filósofo y el polemista, el político y el economista, el organizador y el historiador.

En consecuencia El Capital, fundando una nueva economía política no es sólo una reflexión económica, en tanto que Karl Marx no enfrentará el problema de la subsistencia material de la sociedad sino desde la lógica misma de la sociedad, cuyo desarrollo es identidad y diferencia, positividad y negatividad, subjetividad y objetividad, idealidad y materialidad. Esta ruptura epistemológica, resignificará nuestra noción de ciencia, de historia, de existencia y se extenderá a todos los saberes.

Así como El Capital constituye un momento determinante en el desarrollo del pensamiento de la modernidad, la obra representa un hito que incidió en su propia época, cuando en septiembre del 1867 comienzan a circular los mil ejemplares de la primera edición. La aparición de El Capital se sitúa entre la fundación, en 1864, de la Asociación Internacional de Trabajadores y la Comuna de París de 1871, es decir, nace entre señales de tiempos que el mismo autor auguraba.

En consecuencia, desde hace 140 años, en nombre de El Capital se erigieron sublevaciones, gobiernos, planes económicos, denominaciones políticas en toda Europa, luego en todos los continentes. Surgieron exégesis innumerables, cada cual atribuyéndose su autenticidad como genuinos herederos del maestro; los manuales y los esquemas se multiplicaron así como traducciones en cada una de las lenguas, divinizaciones y execraciones, su lectura fue impuesta y obligatoria, se consumió en las llamas o en el polvo de las estanterías o en febriles pupitres.

140 años han rodeado a El Capital de un océano de erudiciones y panfletos, de escuelas y post-escuelas. Necesariamente el siglo XX, en particular desde la Revolución Rusa y desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, hizo de El Capital una de sus referencias centrales y también lo transformó en una leyenda que, seguidores y adversarios, han propiciado en múltiples versiones. Una de las principales nos presenta a El Capital como la biblia de una nueva era de salvación universal inspirada en principios inexorables según los cuales un tipo de sociedad decaía dando paso a una sociedad superior. Una versión inversa señala a El Capital como el anti-evangelio que se extendió hasta alcanzar un tercio de la población y ante la cual el mundo libre libraba una cruzada en defensa de la libertad amenazada. Otra versión nos muestra a El Capital como una obra obsoleta cuya validez es sólo historiográfica y cuya vigencia ha caducado en el implacable avance de la realidad reafirmada por el derrumbe de los socialismos de Europa Oriental y en el triunfo de orden unipolar. El Capital como eclecticismo de economía política inglesa y hegelianismo distorsionado; como obra de un ateo ególatra que no dudó en sacrificar a su familia en el culto a su persona; como texto cuya complejidad sólo es asequible a especialistas de la economía;  como etapa de un Marx "maduro" que reniega del joven.

Problematizar desde múltiples enfoques disciplinarios y estudiar los fundamentales desafíos que El Capital nos presenta, según las coordenadas actuales de los estudios científicos, es el propósito del Segundo Coloquio Anual Interdisciplinario 140 Años de "El Capital" de Karl Marx" cuya Comisión Organizadora, presidida por la Profesora Kemy Oyarzún Vaccaro y el Profesor Enrique Sáez Ramdohr, invita  a participar como audiencia o como ponencista en los distintos encuentros que se llevarán a cabo a lo largo de este año.

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