50 años del Golpe de Estado en Chile:

Baltasar Garzón en la Universidad de Chile

Baltasar Garzón en la Universidad de Chile
Baltasar Garzón en la Universidad de Chile

El encuentro con la comunidad universitaria, estudiantes e investigadores en temas de Derechos Humanos se dio en un Auditorio Lucía Invernizzi repleto de público interesado en escuchar de primera mano los mecanismos jurídicos, los detalles y el contexto en que la jurisdicción universal operó, entre otros casos, en la detención de Augusto Pinochet en Londres en 1998. 

En la apertura de la actividad, el decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Prof. Raúl Villarroel Soto, destacó la importancia de la figura del ex juez Garzón en materia de Derechos Humanos y de sus aportes para la verdad y la justicia. En este sentido, relevó la labor que como Facultad se realiza a través de la formación, estudio e investigación en este ámbito. “Por ello consideramos un deber otorgar relevancia a temáticas tan sensibles y cada vez más necesarias abriendo espacios como este para acometer una sustantiva reflexión acerca de las experiencias y las luchas de quienes hasta la fecha resisten el marco de ignominia que ha cubierto sus vidas y a pesar de ello se empeñan en infatigablemente en buscar la justicia y establecer la verdad al interior de una historia que por lo visto se nos torna interminable”. 

“Estamos seguros de que la visita de tan ilustre invitado constituirá un aporte significativo para una mejor orientación de nuestras reflexiones y nos entregará herramientas que nos permitan seguir fortaleciendo la educación en valores democráticos y asegurar en cada uno de nuestros actos el pleno respeto con los derechos fundamentales y el compromiso rotundo con la democracia”.

Carla Peñaloza Palma, académica del Departamento de Ciencias Históricas de la U. de Chile y coordinadora del Grupo de Estudio Memoria, Historia Reciente y Derechos Humanos en el Cono Sur, destacó la figura de Baltasar Garzón en cuanto abrió la posibilidad real de avanzar en materia de justicia con la detención de Pinochet en Londres. “A partir de este hecho se abrieron nuevas posibilidades de debatir sobre nuestro pasado, abrir la caja de nuestras memorias, instalar los dolores de las víctimas en el espacio público y volver a preguntarnos sobre el horror para nunca más repetirlo”. 

Para María Antonieta Mendizabal, investigadora postdoctoral de la U. de Chile, este espacio, en el que participan estudiantes e investigadores, nos permite “abrir el debate para pensar las medidas de verdad, memorias, justicia y garantías de no repetición que se han adoptado en Chile durante la transición a la democracia para responder a las graves violaciones a los derechos humanos que se cometieron durante la dictadura militar: esto que conocemos como justicia transicional. Es un privilegio discutir la importancia de hitos como la detención de Pinochet en Londres, tanto para la justicia nacional como la internacional, con uno de los principales actores de este episodio, el juez Baltasar Garzón”. 

“Despertó a las jurisdicciones nacionales”

Al iniciar la conferencia, Baltasar Garzón se recordó como un joven conmovido por la figura de Salvador Allende y el ascenso de la Unidad Popular en su vía democrática al socialismo. En este sentido calificó al Golpe de Estado en Chile como “una agresión violenta a la democracia, como un finiquitar el proceso democrático y acabar con un gobierno legítimo salido de las urnas”. Ese 11 de septiembre de 1973 conmocionó al mundo. 

Lo que vino después, los horrores de la dictadura y los crímenes contra ciudadanas y ciudadanos de Chile y distintas partes del mundo, es lo que como juez, Baltasar Garzón abordó a través del principio de jurisdicción universal. “Hay una determinada categoría, tipos de crímenes, que tienen una validez y un reconocimiento universal, es decir, son crímenes que agreden a la comunidad internacional, a cualquier persona. Significa que las víctimas son universales porque son víctimas del crímenes tales como el genocidio, los crímenes de lesa humanidad, los crímenes de guerra. Ocurran donde ocurran existe la obligación de perseguirlos”.

En este escenario, explica, el viaje de Pinochet a Londres -para operarse de una hernia- fue un regalo para el movimiento de Derechos Humanos y de la jurisdicción internacional. “Una vez esto se produjo se planteó la cuestión de qué hacer y los abogados nos pidieron a los jueces tomar la iniciativa”. 

Al contrario de lo que se cuenta como una decisión inmediata y frontal, explica, lo que se planteó fue tomar una declaración, es decir, hacer un interrogatorio en Londres a Pinochet. “Lo que ocurrió es que el 16 de octubre de 1998 recibo una comunicación de Scotland Yard diciendo: si tiene interés de tomar una declaración la próxima semana no va a ser posible porque se marcha. Imaginaos entonces esto: un viernes a las dos de la tarde, todo el mundo fuera y solo quedamos yo y un funcionario que ya se iba. Le dije, espere, que debemos hacer algo. Y en ese momento, en el que además lo tuve que hacer de memoria porque la causa estaba cerrada con llave en un armario. O sea, en unas condiciones inverosímiles. Entonces, reflexioné y lo tuve claro, como lo tengo hasta el día de hoy.  Es lo que se tenía que hacer. Una vez iniciada la causa judicial, si crees realmente lo que significa la justicia: primero es un servicio público, segundo: la titularidad del poder judicial no es de los jueces, sino de los ciudadanos y ciudadanas: es el pueblo el titular y las víctimas, que forman parte de ese poder, no podían quedar de ninguna forma defraudada por una omisión por parte del juez”. 

Quién facilitó que las cosas fueran como fueron, cuenta, fue un funcionario de la embajada de Gran Bretaña en Madrid. “Con el que yo había tenido primero un enfrentamiento hacía un año y luego una buena relación.  Esa buena relación hizo que el flujo de información en esos días fuera de una forma determinada y no de otra. Como veis, los pequeños matices son los que construyen la historia, aunque después se conviertan en grandes acontecimientos. Y a eso de las 8 y media de la tarde me llama este funcionario, este consejero de la embajada de Gran Bretaña en Madrid, para decirme que el juez inglés ha firmado la detención. Allí  comenzó un desarrollo impresionante con una velocidad que jurídicamente fue muy importante”.

“El resultado, yo creo, es que la justicia hizo una contribución positiva a la lucha por los Derechos Humanos. Yo creo que fue un hito en el derecho penal internacional y su avance en el desarrollo en la lucha contra la impunidad y porque despertó a las jurisdicciones nacionales”, finalizó.

La entrevista realizada por Felipe Pozo en Humanidades TV y la conferencia completa de Baltasar Garzón será publicada en los próximos días en los canales públicos de la Universidad de Chile:  Radio de la Universidad de Chile y el canal de televisión UCHILE TV. 

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