El jueves 13 de noviembre se realizó el lanzamiento de la guía "Inclusión de estudiantes neurodivergentes en la educación superior", escrita por Camila Bustamante, Alejandro Wasiliew, Elizabeth Miranda y Magda Montero, del área de Educación Inclusiva de Fundación Wazú. La iniciativa, que buscó visibilizar los desafíos que enfrentan estudiantes neurodivergentes en la Educación Superior y entregar a las instituciones herramientas para generar espacios donde la diversidad sea comprendida, valorada y acompañada, contó con intérprete de Lengua de Señas Chilena y tuvo lugar en la Plataforma Cultural del Campus Juan Gómez Millas.
El material cuenta con el patrocinio del Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis). En representación de la institución Karen Astorga, subdirectora nacional del Senadis, destacó la relevancia de la colaboración con la sociedad civil y de las organizaciones para implementar políticas públicas de manera eficiente. “Entendemos que el avance hacia una sociedad inclusiva solo es posible si ampliamos los canales de formación y sensibilización. Invito a las instituciones que hoy nos acompañan, a todos quienes se vinculan con el proceso educativo en nuestro país a asumir este desafío. La ley de autismo 21.575 y la Ley de Educación Superior 21.091 demandan que existan espacios libres de discriminación en las que las diferencias sean valoradas y los apoyos sean respuestas concretas”.
Asimismo, enfatizó en el valor de que existan guías como esta y fundaciones como Wazú, que contribuyan a derribar barreras que “limitan en algunas oportunidades el desarrollo de permanencia de las personas en Educación Superior y el exitoso de los estudiantes neurodivergentes y su posterior inclusión en espacios laborales”. Consideró a la iniciativa como un aporte fundamental a la transformación de actitudes de estructuras y de culturas que permitan conectar con las necesidades de cada persona.
Isolda Núñez, directora de Asuntos Estudiantiles y Comunicación de la Facultad de Filosofía y Humanidades, subrayó que la guía permitirá no solo fortalecer la sensibilización en torno a la inclusión, sino también promover “la participación de personas autistas y neurodivergentes en la construcción de aquellas prácticas que cambien y que vayan modificando nuestras lógicas institucionales. Solo así las barreras que a veces representamos pueden ir transformándose para una convivencia inclusiva, un mundo donde quepamos por fin todas las personas que vivimos”.

Orientaciones para una Educación Superior inclusiva
Camila Bustamante y Magda Montero de la Fundación Wazú presentaron la guía que fue el resultado de un largo proceso de trabajo que incluyó encuestas dirigidas a docentes, directivos, administrativos y específicamente a estudiantes neurodivergentes, con el fin de sistematizar información sobre el estado real de la inclusión en el país.
Camila Bustamante, psicóloga e integrante de Wazú, explicó que la guía fue un trabajo colaborativo que surgió de la necesidad de entender y contextualizar los apoyos de las instituciones para la población neurodivergente. Dentro de las medidas de accesibilidad implementadas destacan los pictogramas, los mapas conceptuales y un resumen en audio estilo podcast confeccionado con inteligencia artificial. Además, la guía contiene preguntas de reflexión con el objetivo de que se genere una discusión crítica “porque estamos hablando de procesos que implican cambios culturales y eso no se da de un día para otro y tampoco se da sin la reflexión y sin el diálogo”.

En tanto, Magda Montero, líder del Área de Educación Inclusiva en Wazú, detalló que el material se estructura en cinco ejes temáticos: bases teóricas de neurodiversidad y neurodivergencia, la vinculación entre neurodivergencia y discapacidad, los modelos educativos frente a la exclusión, las barreras que enfrentan las personas neurodivergentes y las orientaciones prácticas para promover la participación, el aprendizaje y el bienestar.
Oportunidades y desafíos para una inclusión efectiva
A continuación, se realizó el conversatorio “Voces para la inclusión”, moderado por Alejandro Wasiliew y que contó con la participación de Anaís Aluicio-González, psicóloga y encargada del Área de Equidad e Inclusión de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Trinidad Cofré, profesional referente de la Ley N°21.545, Senadis y Gabriela Abarca, estudiante de la facultad.

El panel se centró en la urgencia de enfrentar las barreras sistémicas y culturales que impiden la participación plena en la academia. Trinidad Cofré se concentró en los apoyos operativos y concretos que ofrece Senadis, como el Programa de Acceso a la Educación Superior (PACE), el Programa de Ayudas Técnicas y el Fondo Nacional de Proyectos Inclusivos (FONAPI), destacando el desafío de lograr que las personas autistas, al ser consideradas con discapacidad por las barreras contextuales, se acrediten y accedan a estos beneficios.
Otro punto de la discusión, referido por Anaís Aluicio, fue la tensión entre el marco legal existente y las persistentes barreras actitudinales en la comunidad educativa, siendo este el "impedimento más duro" para la inclusión. “La falta de información es la tierra fértil para el prejuicio y el estigma. Donde hay prejuicio, hay exclusión y donde hay exclusión hay sufrimiento", afirmó.
Finalmente, Gabriela Abarca abordó cómo la existencia, ritmos y temporalidades de los estudiantes neurodivergentes cuestionan la cultura universitaria tradicional, la cual se ha configurado históricamente desde la neuronorma, centrada en la eficiencia, productividad y el mérito. Concluyó que las instituciones de educación superior “deben constituirse como un espacio de justicia social e integración, no sólo como un espacio de formación académica. En esto radica su potencia como espacios de inclusión efectiva y de transformación social, donde todos podemos aprender y participar de forma exitosa, posibilitando el desarrollo y la participación plena de todos los estudiantes, independientemente de nuestro neurotipo y contexto vital”.
La jornada terminó con las palabras de Peter Loch, director de la Fundación Wazú, quien enfatizó la necesidad de visibilizar la discapacidad y la neurodivergencia. Asimismo, instó a “quienes ocupan posiciones de ‘poder’ a reconocer la urgencia de este desafío y a quienes tienen la capacidad de impulsar transformaciones, a hacerlo”.
