La actividad se realizó en la Sala de Estudios del Aulario Oriente del Campus JGM y contó la presencia de autoridades del campus como la decana de FCEI, María Loreto Rebolledo, la vicedecana María Eugenia Domínguez, Svenska Arensburg, directora de Extensión de la VEXCOM, el decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Raúl Villarroel, Nicolás Guzmán y Leonora Reyes, directores de Extensión de las Facultades de Comunicación e Imagen y Filosofía y Humanidades, respectivamente, profesoras, profesores y estudiantes.
En las palabras de apertura, Claudia Zapata Silva, directora del Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos (CECLA) y organizadora de las Jornadas de Estudios Latinoamericanos y Caribeños señaló que “este proyecto tiene que ver con temáticas que nos interesan porque hacemos investigaciones, pensamos sobre América Latina, sobre los episodios constantes de crisis y cómo dialogamos con ellas, pero esos conocimientos nosotros aspiramos a que sean políticamente situados. Esto contribuye a un tipo de trabajo en el que necesitamos diversificar los lenguajes”.
Destacó los aportes al CECLA de las y los estudiantes que vienen del arte como el curador de la muestra, Matías Allende Contador, quienes contribuyen a potenciar un espacio interdisciplinario. “Nos hace bien desafiarnos con otros tipos de lenguajes”, expresó.
Asimismo, relevó que esta muestra inaugura unas jornadas que más allá de mostrar investigaciones y compartir preocupaciones y análisis, se inicia con una intervención artística y termina, el día jueves 29 de septiembre, con la lectura poética de David Aniñir.
Este espacio rico y diverso también contará con dos importantes invitadas internacionales Diana Senior-Angulo de la Universidad de Costa Rica y Patricia Funes de la Universidad de Buenos Aires.
Mauricio Berríos, académico de la Facultad de Artes y parte del consejo directivo de la Cátedra de Racismos y Migraciones Contemporáneas, continuó con la presentación vinculándola con la migración y el fenómeno del racismo.
“La migración está atravesada por el fenómeno del racismo. No es solo un concepto de análisis, sino una práctica y como tal sucede cotidianamente. Se sitúa en el centro mismo del pensamiento colonial. Pensar el racismo es pensar lo colonial y pensar antirracistamente es desmontar el colonialismo”, señaló.
Vinculando la instalación con el día contra el racismo que recuerda la muerte de Joane Florvil, que se conmemora el próximo viernes 30 de septiembre, Berríos apuntó a que este tipo de expresiones artísticas posibilitan pensar el racismo no solo en términos teóricos, sino en términos sensibles. “Cuando decimos que el racismo es una práctica nos referimos a que sucede perceptualmente, sensorialmente, instalando marcos de la percepción que nos hacen fijar determinadas diferencias. El racismo es la marcación de esa diferencia. Así, la instalación de Luna Acosta nos permite entender que el arte es también una forma de pensamiento y de producción de conocimiento. Un pensamiento material”.
Luna Acosta, artista visual, performer, investigadore y actriz parte de la diáspora colombiana en el mundo, explicó que “estas telas son producto de un proceso alquímico de cocción de polvo del centro de la tierra que todos los seres, cuerpos migrantes, humanos, y más que humanos desde las bacterias más minúsculas hasta la ballena jorobada que va desde la Antártica hasta el Pacífico tienen fragmentos de magnetita en su cuerpo y también lo tenemos nosotres. Este material es algo que le indica a los cuerpos a dónde ir y también dónde regresar”. A ello agregó que “me parece importante que artistas y académicos podamos pensar juntos ahora que necesitamos imaginar mundos posibles”.
“En Marsella comencé a trabajar con las telas y a pensar cómo el proyecto podía migrar. Hice esta instalación que nació de una residencia en Dos Mares, que es un espacio que nace para unir artistas latinoamericanos, de visibilidad y de diálogo allá en Francia. Tiño las telas con magnetita. La magnetita es una piedra que está en el centro de la Tierra y que tiene una carga muy grande hierro, es lo que hace que la Tierra sea un imán gigante. Entonces eso implica que tiene un campo electromagnético y todos los cuerpos migrantes tienen un fragmento de magnetita dentro del sistema óseo. Esto es lo que les permite guiarse para generar recorridos y saber dónde regresar, desde las bacterias magnetotácticas que viajan en el agua, desde ese bichito hasta las ballenas jorobadas que van desde la Antártida hasta el Pacífico colombiano. La magnetita les permite guiarse y saber cómo retornar a su punto de partida”
Raúl Villarroel Soto, decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades, destacó el testimonio de Luna Acosta y la potencia ética y política de la obra, la que contribuye al avance de una comunidad enriquecida con este tipo de actividades y manifestaciones. Un compromiso del cual depende nuestro futuro, señaló, relevando el compromiso de las unidades académicas del campus JGM con la apertura de un campus crítico y conectado con el arte.