La implementación de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP), conforme a la Ley 21.040, representa una transformación significativa en la gestión educativa de Chile, particularmente en la Educación Media Técnico-Profesional (EMTP). Este nuevo marco institucional busca resolver las deficiencias históricas de la administración municipalizada, centralizando la gestión bajo principios de calidad integral, mejora continua, equidad y pertinencia local. En este contexto, la EMTP enfrenta un desafío crucial: adaptarse a este cambio estructural mientras sigue cumpliendo con su misión de preparar a los y las estudiantes para el mundo laboral y la educación superior, todo en un entorno que responde a las características territoriales y las necesidades específicas de cada comunidad educativa.
En sus 82 años de existencia, la EMTP ha sido un pilar fundamental para el desarrollo económico y social de Chile, formando generaciones de técnicos que han contribuido al crecimiento del país. Sin embargo, el proceso de transición a los SLEP requiere un enfoque renovado que no solo mantenga, sino que fortalezca la relevancia y calidad de esta modalidad educativa. La Ley 21.040 establece claramente que los SLEP deben proveer apoyo técnico-pedagógico y a la gestión, considerando las particularidades del territorio y las necesidades de sus estudiantes. En este sentido, el desafío es asegurar que los principios orientadores de los SLEP, como la mejora continua de la calidad y el desarrollo equitativo, se materialicen en estrategias efectivas que impulsen la EMTP hacia el futuro.
Una mirada a futuro para la EMTP bajo la administración de los SLEP debe centrarse en la integración efectiva de la formación técnica con el entorno productivo y la educación continua. Es esencial desarrollar trayectorias formativas que respondan a las necesidades del mercado laboral, pero también que promuevan la equidad y la inclusión, permitiendo que todos los y las estudiantes, independientemente de su origen o género, accedan a oportunidades de calidad. Para ello, los SLEP deben articular una red robusta de vinculación con el medio, involucrando a empresas, instituciones de educación superior y actores comunitarios, asegurando así que la formación técnica sea pertinente, innovadora y alineada con los desafíos del siglo XXI.
La celebración de la Semana de la Educación Técnico-Profesional es una oportunidad para reflexionar sobre el camino recorrido y, sobre todo, para proyectar un futuro donde la EMTP siga siendo un motor de desarrollo para Chile. En el marco de los SLEP, esta modalidad educativa tiene el potencial de convertirse en un ejemplo de calidad y pertinencia, integrando las demandas del mercado laboral con una formación que respete y potencie las diversidades territoriales y sociales. Con una visión clara y un liderazgo comprometido, la EMTP puede enfrentar con éxito los desafíos actuales y futuros, asegurando que cada estudiante reciba una educación que le permita prosperar en un mundo en constante cambio.