En las palabras de apertura, el decano de la Facultad de FIlosofía y Humanidades, Raúl Villarroel Soto, situó la inauguración del año académico 2025 y la visita del decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires en los desafíos que plantea nuestro mundo contemporáneo, que exige a las Universidades, sobre todo las universidades latinoamericanas y del Sur global, una cooperación cada vez más multidimensional. Se trata, destacó, de estrechos lazos de amistad y de cooperación que se disponen para “seguir fortaleciendo la educación pública en todos sus niveles y los valores democráticos en el marco de nuestra más sentida aspiración de futuro y compromiso rotundo con la democracia”.
El decano Villarroel, de este modo, destacó la importancia de la visita de ilustres personalidades del mundo académico, “quienes vienen a compartir sus experiencias de trabajo, nutriéndonos de sus saberes, lo que nos permite conocer el modo cómo enfrentan esa esencial tarea universitaria que es la producción y el avance con perspectiva social del conocimiento”.
Nos interesa particularmente en este momento, apuntó, dado que la educación pública en Argentina se encuentra hoy amenazada. “El ataque a la universidad pública y a la educación pública argentina pretende consolidar una política de ajuste y reforma neoliberal del Estado, la mercantilización de todas las esferas de la vida y el disciplinamiento social, transformaciones que son estructurales y que en nuestro país conocemos de sobra y ya sabemos muy bien cómo terminan y en qué inequidad impresentable finalmente se traducen”.
En este sentido, el decano Villarroel agregó que “la consolidación de la democracia, la reafirmación del Estado de Derecho, el respeto y la protección de la institucionalidad educativa pública constituyen, a nuestro juicio, valores inestimables que en la actualidad resultan tremendamente relevantes frente a la emergencia de diversas acciones, muy deliberadas, que en nuestra región buscan de manera creciente y sostenida la degradación o el condicionamiento regresivo del Estado y el cese de las anheladas políticas públicas de inclusión y ampliación de derechos”.
Defender la universidad pública y nacional
Al inicio de su conferencia, el decano Ricardo Manetti recordó la conmemoración de los 40 años de la recuperación democrática en la Argentina y los 50 años del Golpe Militar en Chile en la que participó en 2023 y que lo acercó a la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. De enorme significación para las realidades y recorridos históricos para la memoria de ambos países, resaltó.
Con este énfasis, comenzó apuntando que su participación en la inauguración del año académico se encumbra desde nuestras universidades como un acto político: “Donde siento el acompañamiento de la Facultad de Filosofía y Humanidades, pero sobre todo siento el acompañamiento de la Universidad de Chile y también de la comunidad de Chile”.
Así, dio cuenta del estado actual de la Universidad de Buenos Aires a partir de los elementos que describen una universidad pública y nacional. Por un lado fue la Reforma Universitaria del año 1918, la resolución por el cual se crea la gratuidad para las universidades nacionales y públicas en el año 1949 y el ingreso irrestricto del año 1983. “Tres hitos que son claves para poder entender la coyuntura de este presente”.
Estos elementos, explica, dan identidad no solamente a la Universidad de Buenos Aires, sino también al resto de las universidades nacionales y públicas argentinas: “el concepto de una universidad para todas y todos, una universidad absolutamente inclusiva, una universidad donde todos aquellos que querían formar parte, poder estudiar y que habían terminado sus estudios secundarios pudieran ingresar. Una idea de ascenso social que marcó el siglo XX y que significa uno de los grandes logros de la universidad nacional”.
Cuando el presidente Javier Milei dice que viene a destruir el Estado, apuntó, significa que viene a destruir ese Estado que ha consolidado un modo de pensamiento y también una idea de nación. “Y en esa idea de nación hay un dispositivo, hay un corazón, que es la universidad pública. La universidad pública porque justamente fue la responsable de construir muchos de los entramados sociales que hacen a nuestro país. Y cuando viene a destruir la universidad pública, lo que plantea es eliminar fundamentalmente el modo de una sociedad que lo que tiene la responsabilidad también es construir una un aparato crítico”.
En esta perspectiva mira al campo de las humanidades, el cual, señala, ampara la construcción de discursos críticos. “Porque en definitiva es ahí donde estamos construyendo los saberes para no ser domesticados. Esta ofensiva tiene un trasfondo mucho más profundo. Se trata de una guerra contra el pensamiento, contra la duda. Pensemos lo importante, sobre todo para nuestras facultades, el lugar de la duda”.
Y es la crueldad, parafraseando a la escritora Rita Segato, la que se convierte en un modo, en un método de gobierno. “No se trata solo de ajustar, sino fundamentalmente de humillar, de generar la humillación del otro. No sólo de recortar, sino fundamentalmente de disciplinar. Y quiero señalar este aspecto porque básicamente también lo que ha buscado este gobierno es un disciplinamiento”.
Aquellos y aquellas que nos formamos en una educación pública, enfatizó, sentimos como un compromiso absolutamente necesario. “Que hoy más que nunca es seguir dando batalla. Que es la responsabilidad que también tengo como funcionario siendo decano de la Facultad de Filosofía y Letras. Y una facultad que fue absolutamente referencial en las distintas luchas. Ahora, también la responsabilidad es no permitir que un gobierno destruya lo que ha sido una historia y que no es una historia de la universidad, es una historia de todas y todos los argentinos”.